
Una sensación de no estar, de no ser de no importar. Un NN en cualquier lugar. Una lejanía destructiva. Una sensación de cambio a mitad de camino. Una desilusión que toca timbre y pide permiso para entrar. Una serie de dudas en la almohada, y un par de pesadillas al dormir. Un chiste que no causa gracia, y un grito ahogado en la garganta que lucha por no demostrar.
Una pared en medio del sillón, un silencio ensordecedor, un comentario mordaz e inoportuno.
Unas extrañas ganas de no estar, para preservar. Unas incansables ganas de preguntar para qué, quién, porqué y quién soy. ¿Algo olvidado en un rincón?