Pasa que otra vez se dio cuenta que estaban como cuando habían empezado. Se miró en retrospectiva y se dio cuenta de que otra vez estaba esforzándose
para que alguien la mirara. La mirara de verdad.
Y por eso se enojaba. Exigía atención. Aunque de verdad lo
que estaba exigiendo era que la quisieras.
Porque estaba repitiendo una historia. De gusto.
Era una historia que había empezado y terminado mil veces.
Había quedado en stand by. La habías vuelto a reflotar. La habías modificado. Y
ella siempre en el mismo lugar. Queriendo agradarte. Queriendo llamar tu
atención. Queriéndote.
Porque sí lo intentaría. Porque cada vez que estás su cabeza se llena de historias imaginarias. Porque cada vez que volvés cree que
esta vez será LA vez.
Y sola arma y desarma los finales felices. Mientras vos no
te das cuenta.