Cuántos pies habrán pisado esas calles junto conmigo. Cuántos se habrán sentado en esos trenes, viajado en esos subtes, y contemplado esas luces, junto conmigo.
Cuántos habrán soñado, fantaseado e imaginado su vida cruzando una de esas avenidas esquivando coches y se habrán acostumbrado al olor del hollín. Cuántos habrán proyectado ideas que jamás se plasmaron en ningún lado. Cuántos habrán sentido esa tristeza cuando el micro se alejaba de allí, y en los oídos sonaba Callejeros hablando de esa ciudad.
No sé cuántos habrán sido. No me importa; me acuerdo de mí. Y de vos. Y de esa canción que siempre me pone triste. Esa ciudad me pone triste, esas calles, esos trenes, y esos recuerdos.
Cuánto hacía que no pensaba en eso… pero el almanaque me pegó una cachetada, por más que sean recuerdos con olor a naftalina. Te regalo estas letras, por más que nunca puedas leerlas, estos pensamientos, por más que nunca los entiendas. Y esos lindos momentos, por más que tal vez ya no los consideres. Believe me. Te quedaron sonrisas que generan tus recuerdos, un amor inmenso a esa noche de ciudad, una canción que no puedo volver a escuchar, y una porción del país que es tuya y mía, que es sinónimo de vos. Y que creo que no va a ser de nadie más. Por más que creas que yo no siento. Hoy sentí.
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