martes, 30 de noviembre de 2010

Par doble; vos y yo.

Sin pedir ni ilusionar. Con temor y precaución. Más sentir y menos pensar. Con contradicción. Con la incertidumbre de no tener nada comprado, y con la certeza de que puede ser todo peor. Con la mirada atenta pero tierna del miedo, y el paso firme de una inseguridad circunstancial.
Con la cabeza a gachas por las dudas; y los brazos abiertos para alcanzar algún abrazo que ande sin dueño por ahí. Con la idea de no tener ideas, y con el alma apostada en una ciega. Con la certeza de una lotería y la incertidumbre de una cirugía de corazón. Con el alma al aire como dijo Alejandro. Con la maldad guardada como digo yo. Con la sinceridad devenida en bruta honestidad y con una necesidad de no pedir nada. Con la alegría de tu mirada a la mañana, y con el recuerdo de esas lágrimas que se vencieron tiempo atrás.
Con un temor que me arrastra y una audacia que invita a cabalgar. Con resacas viejas y olvidadas en la espalda, y con un champan a punto de descorchar para festejar.
Con idas y venidas en la mirada, con más vueltas que la oreja, con dolores de cabeza con partes marchitas en el corazón. Con mis miserias pisándome los talones, y con un carrito lleno de ilusiones por cumplir. Con un alma rota y remendada, con tu mirada de costado, con tus todos “porque sí”. Con mis “peros” y “porqués” que bailan malambo. Con tus “shhhh” que bailan ballet. Con mis miedos y perdones, con un as de corazones yo te apuesto mi sentir. Me juego el pelo y tres monedas, me juego fichas, helados, fotos y peleas. Y lo apuesto porque sí.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Delete....

Que sí. Que no. Que te escribo pero no te llamo, que te llamo pero no te quiero. Que te quiero pero no te veo. Que te quiero pero no estoy. Que te quiero y te aporreo. Que me querés y no me importa. Que no quiero que me quieras, y que quiero que me quieras porque sí.
Te quiero mucho, no te quiero nada. No quiero que me quieras, y te quiero porque te quiero. Stop! Cuanto querer despilfarrado en amores de primaria, en el Juego de la Botella y en querer de Cotillón.
Te quiero porque me gusta en Facebook. Porque te lo digo por mensaje. Si no te quiero te elimino, te bloqueo, desadmito o te oculto de mi visión.
No te quiero tanto para quererte, pero mucho como para dejarte. No me olvido de saludarte por un chat, o ponerle una carita :) a tu nuevo estado del querer.
Si te quisiera verdaderamente, llamaría para verte, pero como virtualmente es que te quiero, me conformo con chatearte y espiar en la vidriera de la juguetería del corazón.
Yo quisiera quererte pero no puedo. O tal vez no lo quiero tanto, no lo sé. Es que todo es tan confuso y es tan gratis hablar de querer que no creo que cambie en nada que quiera dejarte ser.
No me resigno a que dejes de quererme, aunque tal vez no quiera volverte a ver.