Uno, dos, tres, cuatro y hasta quince pasos en un sendero peligroso. En un silencio ensordecedor. En un dolor que es y no es. Que es por lo que no se es.
Días y noches. Restricción hecha jornada, hecha rutina. Veinticuatro, cuarenta y ocho, y más, muchas más horas de un adormecimiento siniestro. Una peregrinación a un camino ambiguo, cobarde, y poco original tal vez. Pero no menos significativo.
Pasos débiles hacia una cueva. Frenadas y vueltas a comenzar. Decisiones condicionadas, muy poco comprendidas y nada compartidas.
Una historia de horas y días, de momentos fugaces y duraderos, de tristeza, odio, culpa y maltrato. Facturado en negro. Caretas sin caras. Sonrisas vacías. Lágrimas salidas del estómago, de la historia, del día a día y de esas horas.
Uno, dos, tres. Oscuridad. Luz blanca. Cachetadas en la cara. Samarreadas a los pensamientos. Miradas de compasión, de preocupación y de abatimiento. Incomprensión. Susto. Fondo.
Uno, dos, tres, un número alto, horrible, odiable y otra vez, uno, dos, tres y hasta quince intentos pocos seguros de terminar.
Uno, dos tres, diez, y hasta quince días de liquidez extrema.
Días y noches. Restricción hecha jornada, hecha rutina. Veinticuatro, cuarenta y ocho, y más, muchas más horas de un adormecimiento siniestro. Una peregrinación a un camino ambiguo, cobarde, y poco original tal vez. Pero no menos significativo.
Pasos débiles hacia una cueva. Frenadas y vueltas a comenzar. Decisiones condicionadas, muy poco comprendidas y nada compartidas.
Una historia de horas y días, de momentos fugaces y duraderos, de tristeza, odio, culpa y maltrato. Facturado en negro. Caretas sin caras. Sonrisas vacías. Lágrimas salidas del estómago, de la historia, del día a día y de esas horas.
Uno, dos, tres. Oscuridad. Luz blanca. Cachetadas en la cara. Samarreadas a los pensamientos. Miradas de compasión, de preocupación y de abatimiento. Incomprensión. Susto. Fondo.
Uno, dos, tres, un número alto, horrible, odiable y otra vez, uno, dos, tres y hasta quince intentos pocos seguros de terminar.
Uno, dos tres, diez, y hasta quince días de liquidez extrema.
MUY BUENA REDACCION QUERIDA... SEGUIRE SIENDO LECTOR DE ESTE BLOG!
ResponderEliminarDALE PARA ADELANTE QUE DE VERDAD GUSTA!!
BESOS, JUAN.
alguien de tu tweeter se prendio a tu recomendación??? :)
ResponderEliminarLo quiero SR Juan
Al!