viernes, 22 de octubre de 2010

Postmodernidad Liquida.


Uno, dos, tres, cuatro y hasta quince pasos en un sendero peligroso. En un silencio ensordecedor. En un dolor que es y no es. Que es por lo que no se es.
Días y noches. Restricción hecha jornada, hecha rutina. Veinticuatro, cuarenta y ocho, y más, muchas más horas de un adormecimiento siniestro. Una peregrinación a un camino ambiguo, cobarde, y poco original tal vez. Pero no menos significativo.
Pasos débiles hacia una cueva. Frenadas y vueltas a comenzar. Decisiones condicionadas, muy poco comprendidas y nada compartidas.
Una historia de horas y días, de momentos fugaces y duraderos, de tristeza, odio, culpa y maltrato. Facturado en negro. Caretas sin caras. Sonrisas vacías. Lágrimas salidas del estómago, de la historia, del día a día y de esas horas.
Uno, dos, tres. Oscuridad. Luz blanca. Cachetadas en la cara. Samarreadas a los pensamientos. Miradas de compasión, de preocupación y de abatimiento. Incomprensión. Susto. Fondo.
Uno, dos, tres, un número alto, horrible, odiable y otra vez, uno, dos, tres y hasta quince intentos pocos seguros de terminar.
Uno, dos tres, diez, y hasta quince días de liquidez extrema.

2 comentarios:

  1. MUY BUENA REDACCION QUERIDA... SEGUIRE SIENDO LECTOR DE ESTE BLOG!

    DALE PARA ADELANTE QUE DE VERDAD GUSTA!!

    BESOS, JUAN.

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  2. alguien de tu tweeter se prendio a tu recomendación??? :)
    Lo quiero SR Juan
    Al!

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