En mi casa, mi papá hablaba de ese lugar como si lo hubiera conocido, pero no entendía porqué no podía volver si tanto lo quería.
Yo sabía que en ese lugar, obviamente había santos. Y obviamente alguien cerraba y abría la puerta. Después me di cuenta que había reyes, que había burros, y que había Judas. Y cuando en catequesis me hablaron del Cielo, de Dios, de los Reyes Magos, de los traidores, de los burros, y de San Pedro. Me di cuenta que mi Tierra Santa era Mejor.
Me di cuenta de que mi papá no hablaba del Cielo, no de ese Cielo. Que no había que morirse para conocerlo; pero si sacrificarse para lograrlo.
Me di cuenta que esa Tierra Santa tenía dirección; y que había que liberarla. Había que hacer una Procesión y si es necesario; abrir el mar en dos.
Porque me di cuenta de que nos pertenecía y de que había que volver. Porque la quería, y esperaba aún sin haberla visto, y porque la amaba sin saber qué era.
Porque La Tierra Santa de Boedo no se caía de la boca de mi viejo. Porque solito logró que “le saliéramos de San Lorenzo”. Porque logró que el día del Silencio Atroz la familia se comunicara vía teleconferencia a festejar con Bergessio cada uno en una parte del país distinta.
Porque no sé cuánto hacía que no lo veía llorar y cuando nos quedamos contra Instituto lagrimeó. Porque entre llantos y gritos me pedía tranquilidad a mí, cuando en realidad él estaba más cerca de un pico de presión.
Porque a mí no me obligaron a hacerme de San Lorenzo; sólo me hicieron amar algo genuino. Sí. Un equipo sin Libertadores de América. Sí. Una Utopía, porque yo crecí soñando con que un día íbamos a volver…. Sí. Con un descenso y casi otro. Y lo digo con la frente en alto. Porque cuántos son los que pasaron todas y siguieron caminando hasta la Tierra Santa. Esta Caravana nunca se detuvo y yo fue parte de ella, sin saber qué era “el Viejo” Porque sólo vi explotar al “Nuevo” Gasómetro.
Yo fui parte por mi viejo. Porque me habló de ese lugar. Porque gritó conmigo en cada gol. Porque me regaló esa camiseta, y porque se sentó en una popu llena de olor a porro (cuando no sabía ni lo que era), sólo para que compartamos ese momento.
Porque tengo un viejo que me hizo el corazón azulgrana… y Me habló alguna vez de esta tierra santa, que se que juntos vamos a Visitar.
Volvimos; una utopía menos… y eso ya es suficiente.
Me di cuenta de que mi papá no hablaba del Cielo, no de ese Cielo. Que no había que morirse para conocerlo; pero si sacrificarse para lograrlo.
Me di cuenta que esa Tierra Santa tenía dirección; y que había que liberarla. Había que hacer una Procesión y si es necesario; abrir el mar en dos.
Porque me di cuenta de que nos pertenecía y de que había que volver. Porque la quería, y esperaba aún sin haberla visto, y porque la amaba sin saber qué era.
Porque La Tierra Santa de Boedo no se caía de la boca de mi viejo. Porque solito logró que “le saliéramos de San Lorenzo”. Porque logró que el día del Silencio Atroz la familia se comunicara vía teleconferencia a festejar con Bergessio cada uno en una parte del país distinta.
Porque no sé cuánto hacía que no lo veía llorar y cuando nos quedamos contra Instituto lagrimeó. Porque entre llantos y gritos me pedía tranquilidad a mí, cuando en realidad él estaba más cerca de un pico de presión.
Porque a mí no me obligaron a hacerme de San Lorenzo; sólo me hicieron amar algo genuino. Sí. Un equipo sin Libertadores de América. Sí. Una Utopía, porque yo crecí soñando con que un día íbamos a volver…. Sí. Con un descenso y casi otro. Y lo digo con la frente en alto. Porque cuántos son los que pasaron todas y siguieron caminando hasta la Tierra Santa. Esta Caravana nunca se detuvo y yo fue parte de ella, sin saber qué era “el Viejo” Porque sólo vi explotar al “Nuevo” Gasómetro.
Yo fui parte por mi viejo. Porque me habló de ese lugar. Porque gritó conmigo en cada gol. Porque me regaló esa camiseta, y porque se sentó en una popu llena de olor a porro (cuando no sabía ni lo que era), sólo para que compartamos ese momento.
Porque tengo un viejo que me hizo el corazón azulgrana… y Me habló alguna vez de esta tierra santa, que se que juntos vamos a Visitar.
Volvimos; una utopía menos… y eso ya es suficiente.
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